Mientras Gutierrez recorre el mundo velozmente en su monopatin, se da el lujo de pensar que si tiene un gato no estaría mal nombrarlo "Mephistofeles", así a pesar de escaso tamaño y ferocidad podría asustar por lo menos a un par de fervientes religiosos. Por unos segundos y casi casi por el mismo motivo considera también en cambiar su nombre por "Mephistofeles", pero es demasiado largo para su licencia de conducir... barriletes, su licencia de conducir barriletes y tranvías.
Sin lugar a dudas, lo que más le gusta es recordar viejas épocas de gloria, él afirma incluso que mejor que recordarlas, es inventarlas. Y vivir engañado por uno mismo; no por un tercero que jamás sabremos si tiene o no buenas intenciones.
Así uno deduce que Gutierrez es una fuente inagotable de conocimientos y sabiduría, y al verlo reposando su mirada sobre un charco de agua que refleja su imagen de una manera increíblemente nítida, solo queda imaginar que posiblemente este descifrando algún misterio del universo o el mismísimo significado de la vida.
Entonces Gutierrez cada vez mas lentamente se va acercando al charco de agua que refleja su imagen, frunciendo el ceño y pensando para si mismo:
- ¿Como hará ese hombre idéntico a mí para vivir dentro del agua?
Sin embargo, prefirió no pensarlo mucho (como si eso fuera una novedad), se subió a su monopatin y partió raudamente hacia lugares desconocidos, al menos para él
las fotos me dan un miedo hipnotico
ResponderBorrarEs un poco el efecto a lograr, y distraer un poco de la palabras
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