Entonces el llego hasta su puerta, acomodo las flores por orden alfabético y golpeo suavemente.Ella abrió y se quedo todo un minuto entero sorprendida mirándolo.
Ahí fue cuando él se dio cuenta que se había equivocado de casa.
Y ella se dio cuenta que él no era a quien estaba esperando, ella esperaba a un príncipe azul, pero el parecía uno de esos que cuando hace frio se ponen el pulóver que tienen más cerca sin importar si combina o no.
Pero era domingo, estaba medio nublado, el te casi listo, así que lo invito a pasar.
-"Ricos los escones"- dijo el comiendo un buñuelo.
-"Ya le sirvo mas te Rodolfo"- le dijo ella mientras le servía granadina y desconocía su nombre.
Y ese fue el comienzo de una bellísima relación llena de "casis", "a veces", "si no fuera por esto...", "estaba por hacerlo" y mucho mas, que simplemente a ninguno de los dos le importo demasiado, quizás por haberse conocido un domingo nublado de no muchas pretensiones.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario