Tan sólo para sentir un poco de desconcierto y tristeza como en otras épocas, juego a pararme delante de la puerta de alguna casa vieja y abandonada, y golpeo con todas mis fuerzas y lloro y ruego por una segunda oportunidad prometiendo (a mí mismo) hacer las cosas mejor... cuando me aburro vuelvo a mi casa donde mi vida es perfecta.
Ah si si...recuerdo ahora aquella vez que me anoté en un hotel con nombre falso, y mi pareja de ese entonces hizo lo mismo.
Con la idea de salir un poco de la rutina diaria y añadir algo de fuego a nuestra relación.
Me anoté bajo el nombre de "Benicio Arango", y no sólo significó un simple cambio de nombre, ya no era más un aburrido oficinista que trabaja en una compañía de seguros, ahora era un experimentado bombero condecorado por el mismisimo presidente.
Mi C.V. incluía cientos de vidas salvadas, heróicos rescates, crucigramas resueltos sin mirar las respuestas, y algún que otro partido de ping pong empatado.
Mi pareja, sin embargo, eligió llamarse "María Ortiz" y no sólo significó un simple cambio de nombre, ya no era más una muy bien remunerada contadora que trabajaba para el banco central, ahora tan sólo era una simple (pero sexy) mucama del hotel donde me registré.
Su C.V. decia que estaba indocumentada, que estaba tratando de conseguir una visa de trabajo y varios discos de Roberto Carlos (el futbolista).
Al encontrarme con ella en la habitación, la mire muy pero muy bien, me acerqué exactamente hasta donde estaba, amablemente le pedí que dejara más toallas, que tendiera la cama y fui a buscar una bella contadora o tal vez una arquitecta...un bombero experimentado como yo no merecia menos.
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