He walked around the house at night turning lights on, then off, then on

Sin previo aviso ni señal alguna que lo delate, Gutierrez decide dar rienda suelta a su corazón, sin dejar que los temores del pasado del presente y del futuro lo atormenten.

Y se presenta en la casa de la mujer que ama.

Le dice que su futuro debe ser el mismo, o compartido en pequeñas cuotas para empezar.
Que piensa dejar ahí su cepillo de dientes, su muñeco de Batman de peluche y sus discos de Los Pixies.
Que de una a dos dormirá siestas para recuperar energías.
Que al menos tres días a la semana cocinara exquisiteces.
Cuatro veces por mes mandara cartas quejándose acerca de algún servicio publico que no consuma.
 Tan solo cinco de sus mascotas vivirán con él.
Seis  o siete son sus prendas de vestir preferidas.
Unas ocho luciérnagas tiene entrenadas  para ahorrar luz por las noches al leer cuentos.
Nueve lunares tiene ubicados en el omóplato izquierdo, cada uno con su nombre.
Diez veces hacia arriba, once veces hacia abajo cepillara sus patillas antes de acostarse.
Trece es mala suerte.
Catorce discos de los Pixies, entre originales y piratas es lo más preciado de su colección de vinilos.
En quince o más oportunidades Gutierrez la besara, abrazara, alzara en brazos y pretenderá que todo es perfecto, espontaneo y nada planificado.