A lo mejor ustedes lectores incrédulos no me creen, pero todo esto paso de verdad.

Les cuento, la semana pasada (creo que fue el miércoles) me levante dispuesto a ir a trabajar y a dejar lo mejor de mí para que esta sociedad siga avanzando, sin embargo no todo mi cuerpo se despertó, ya que note que mi brazo izquierdo estaba dormido... y como vi que dormía tan placidamente, lo tape bien y lo deje, después de todo se merecía un descanso...por temas que no vale la pena aclarar acá.

A decir verdad, su ausencia no fue notoria ni siquiera para mí, salvo cuando me pico la oreja del mismo lado y tuve que realizar una maniobra digna de contorsionista para poder rascarme.

Por lo que decidí organizarme para que no todo mi cuerpo fuera siempre a trabajar, dándole un franco a cada parte, dependiendo de las tareas a desarrollar en la semana. Eso sí, la parte del cuerpo que se quedara en casa debería encargarse de algunas tareas básicas como cocinar y limpiar.

Así que en la mañana me iba y mientras miraba para atrás por el espejo retrovisor veía como mi pierna derecha ya iba pateando algunas basuritas para afuera.

Como la mayoría de mis planes, siempre tienen un final nefasto, este tampoco fue la excepción...más temprano que tarde, algunos miembros de mi cuerpo fingieron una que otra enfermedad (incluso me presentaron boletas medicas), se peleaban por ver a quien le correspondía franco o vacaciones lo que derivo en un caos total, no estando yo completo nunca, ni en mi casa ni en mi trabajo.

Pero eso venia de antes, es un defecto/virtud que tengo.