Nadie podra conocer en su totalidad a Gutierrez.

Mucho menos en el edificio donde èl vive, ya que debido al aburrimiento o a su propia mala memoria, en cada piso asume una nueva personalidad.

Mientras que en un piso es un geologo frances del siglo XVII, en otro es un decorador de interiores al que le faltan tres materias para recibirse.

En los pisos impares es un audaz rompecorazones y Don Juan, mientras que en los pisos pares uno suele verlo escondido atras de una maceta llorando por un amor imposible, o arrodillado rogando por una segunda oportunidad, incluso sin haber tenido una primera.

En otro es un crack con pies de barro.

Un arquitecto para ciegos.

Un compositor de operas para sordos.

Llego al extremo de adoptar la personalidad de una bella ardilla en el decimo segundo piso del edificio, que murio victima de un certero carterazo por parte de Irma, la vecina que odia a los animales.

Por suerte para todos nosotros, era una ardilla budista y no tardo en reencarnar.